Publicación original: Revista Oliverio, Nº 12, Buenos Aires, diciembre de 2005
Cuesta combinar un encuentro con Griselda Gambaro. “Ando muy ocupada”, dice, “llamame la semana que viene”. Esa semana siguiente tampoco podrá, ni la otra. “Es que tengo un viaje…” Finalmente, cita para una tarde en un bar de La Boca, La Farola, en Almirante Brown y Benito Pérez Galdós. A metros de allí está la casona que su marido (escultor) eligió como taller. Por eso elige ese lugar, cuando anda por Buenos Aires. Porque en realidad, ella vive en Don Bosco, un barrio de Quilmes, en el sur del Conurbano bonaerense, desde hace medio siglo.
1 de diciembre de 2005
1 de octubre de 2005
Entrevista a Roberto Fontanarrosa: «La única Academia que me preocupa es Rosario Central»
Publicación original: Revista Oliverio, Buenos Aires, 2005
“De mí se dirá posiblemente —reza la cita con la que su web abre su biografía— que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: Me cagué de risa con su libro”.
Roberto Fontanarrosa sabe que el lugar que ocupa en la literatura argentina es, por lo menos, raro. Basta ver la contratapa de algunos de sus libros editados por De la Flor hasta hace unos años. En la primera línea se lee: “Ya casi no se cuestiona que la literatura escrita de Fontanarrosa no es un mero apéndice de su literatura ‘dibujada’…” Pero apenas renglones más abajo, se presenta al autor del siguiente modo: “Roberto Fontanarrosa es un humorista argentino nacido en Rosario en 1944”. La cursiva, obviamente, es mía. El propio Negro debía reírse cada vez que una nueva edición le llegaba a las manos.
“De mí se dirá posiblemente —reza la cita con la que su web abre su biografía— que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: Me cagué de risa con su libro”.
Roberto Fontanarrosa sabe que el lugar que ocupa en la literatura argentina es, por lo menos, raro. Basta ver la contratapa de algunos de sus libros editados por De la Flor hasta hace unos años. En la primera línea se lee: “Ya casi no se cuestiona que la literatura escrita de Fontanarrosa no es un mero apéndice de su literatura ‘dibujada’…” Pero apenas renglones más abajo, se presenta al autor del siguiente modo: “Roberto Fontanarrosa es un humorista argentino nacido en Rosario en 1944”. La cursiva, obviamente, es mía. El propio Negro debía reírse cada vez que una nueva edición le llegaba a las manos.
1 de septiembre de 2005
El mundo fue ¿y será? una porquería
Publicación original: Revista Lea, Buenos Aires, septiembre de 2005
James Petras y Henry Veltmeyer
Las dos caras del imperialismo. Vasallos y guerreros
Lumen México, 402 pp.
Aclaremos: el signo de exclamación que acompaña el nombre de esta revista califica el libro de Petras y Veltmeyer como “imprescindible”. Pero no es imprescindible para cualquiera: lo es para quienes deseen adentrarse en la apasionante y heterogénea y amarga situación de la geopolítica actual, desde una visión marxista que aggiorna los conceptos de “lucha de clases” e “imperialismo” (en realidad, “neoimperialismo”) y los sitúa en el marco del afán de los Estados Unidos por terminar de establecer su gobierno imperial en todo el planeta. Además, desmenuza el concepto de “globalización”, a la que califica de “timo” y describe como un disfraz del avance norteamericano sobre el resto del mundo.
James Petras y Henry Veltmeyer
Las dos caras del imperialismo. Vasallos y guerreros
Lumen México, 402 pp.
Aclaremos: el signo de exclamación que acompaña el nombre de esta revista califica el libro de Petras y Veltmeyer como “imprescindible”. Pero no es imprescindible para cualquiera: lo es para quienes deseen adentrarse en la apasionante y heterogénea y amarga situación de la geopolítica actual, desde una visión marxista que aggiorna los conceptos de “lucha de clases” e “imperialismo” (en realidad, “neoimperialismo”) y los sitúa en el marco del afán de los Estados Unidos por terminar de establecer su gobierno imperial en todo el planeta. Además, desmenuza el concepto de “globalización”, a la que califica de “timo” y describe como un disfraz del avance norteamericano sobre el resto del mundo.
1 de agosto de 2005
Fabricantes de recuerdos
Publicación original: Revista Oliverio, Buenos Aires, 2005
—No puedes insultarme —dijo la rubia—. Mole de pus. No puedes tocar mis recuerdos.
—No —dijo Alice, con su hermosa voz—, tú no tienes recuerdos verdaderos, excepto cuando empezaste a drogarte. Todo lo demás lo leíste en el diario. Yo soy honesta y tú lo sabes y les gusto a los hombres, aunque soy gorda y tú lo sabes, y nunca miento, y eso lo sabes también.
—Déjame con mis recuerdos —dijo la rubia—. Con mis recuerdos verdaderos y maravillosos.
Del cuento “La luz del mundo”, de Ernest Hemingway.
—No puedes insultarme —dijo la rubia—. Mole de pus. No puedes tocar mis recuerdos.
—No —dijo Alice, con su hermosa voz—, tú no tienes recuerdos verdaderos, excepto cuando empezaste a drogarte. Todo lo demás lo leíste en el diario. Yo soy honesta y tú lo sabes y les gusto a los hombres, aunque soy gorda y tú lo sabes, y nunca miento, y eso lo sabes también.
—Déjame con mis recuerdos —dijo la rubia—. Con mis recuerdos verdaderos y maravillosos.
Del cuento “La luz del mundo”, de Ernest Hemingway.
1 de mayo de 2005
Las cosas por su nombre
Publicación original: Revista Lea, Buenos Aires, mayo de 2005
Rafael Pinedo
Plop
Buenos Aires, Interzona, 2004
Plop —el protagonista de la novela— se llama así porque ése fue el ruido que hizo al nacer: cayó sobre el barro. Un caldo de barro le llega hasta las rodillas en el pozo que habita, nos informa ya la cuarta línea de la primera página. ¿Cómo definirlo? Es un muchacho (no llega a ser más que eso) que se abre camino como puede en un paisaje difícil.
Rafael Pinedo
Plop
Buenos Aires, Interzona, 2004
Plop —el protagonista de la novela— se llama así porque ése fue el ruido que hizo al nacer: cayó sobre el barro. Un caldo de barro le llega hasta las rodillas en el pozo que habita, nos informa ya la cuarta línea de la primera página. ¿Cómo definirlo? Es un muchacho (no llega a ser más que eso) que se abre camino como puede en un paisaje difícil.
1 de abril de 2005
Historias de un Dios que no miramos
Publicación original: Revista Lea, Buenos Aires, abril de 2005
Alejandro Seselovsky
Cristo llame ya. Crónicas de la avanzada evangélica en la Argentina
Norma, Buenos Aires, 2005, 240 pp.
Cristo llame ya es un libro periodístico, pero no es una investigación periodística. Es decir: el autor no maneja hipótesis que pretenda demostrar que son ciertas a través de la presentación de indicios o pruebas. Por eso el libro no tiene bibliografía (cuando toda la impresión de que haría falta): porque se trata, como el mismo subtítulo lo define, de “crónicas”. Crónicas que se refieren a cuestiones tan disímiles como el poder económico de los brasileños de la Iglesia Universal, la Teología de la Conversión con que Bush justifica sus injustificables guerras y la movida del rock cristiano. El hilo conductor del libro, por supuesto, es la cuestión de “la avanzada evangélica”, pero sobrevuela la sensación de que no es un libro sino un compilado de artículos referidos a un mismo tema, con apenas una introducción que pretende (pero no termina de) darles unidad.
Alejandro Seselovsky
Cristo llame ya. Crónicas de la avanzada evangélica en la Argentina
Norma, Buenos Aires, 2005, 240 pp.
Cristo llame ya es un libro periodístico, pero no es una investigación periodística. Es decir: el autor no maneja hipótesis que pretenda demostrar que son ciertas a través de la presentación de indicios o pruebas. Por eso el libro no tiene bibliografía (cuando toda la impresión de que haría falta): porque se trata, como el mismo subtítulo lo define, de “crónicas”. Crónicas que se refieren a cuestiones tan disímiles como el poder económico de los brasileños de la Iglesia Universal, la Teología de la Conversión con que Bush justifica sus injustificables guerras y la movida del rock cristiano. El hilo conductor del libro, por supuesto, es la cuestión de “la avanzada evangélica”, pero sobrevuela la sensación de que no es un libro sino un compilado de artículos referidos a un mismo tema, con apenas una introducción que pretende (pero no termina de) darles unidad.
1 de marzo de 2005
Irse, esa palabrita
Publicación original: Revista Lea, Buenos Aires, marzo de 2005
Mariana Enríquez
Cómo desaparecer completamente
Buenos Aires, Emecé, 2004, 220 pp.
De un tiempo a esta parte, los medios de comunicación (sobre todo la TV) han intentado mostrar uno de los lados más oscuros de Buenos Aires, su patio trasero: la marginalidad de la periferia, la pobreza, lo que suele llamarse “los estratos socia-les por debajo de la línea de la indigencia”. Ese es el mundo donde sitúa su novela Mariana Enriquez. Y sale bien parada.
Mariana Enríquez
Cómo desaparecer completamente
Buenos Aires, Emecé, 2004, 220 pp.
De un tiempo a esta parte, los medios de comunicación (sobre todo la TV) han intentado mostrar uno de los lados más oscuros de Buenos Aires, su patio trasero: la marginalidad de la periferia, la pobreza, lo que suele llamarse “los estratos socia-les por debajo de la línea de la indigencia”. Ese es el mundo donde sitúa su novela Mariana Enriquez. Y sale bien parada.
1 de febrero de 2005
Además de best-seller, malo
Publicación original: Revista Lea, Buenos Aires, febrero de 2005
Roberto Ampuero
Los amantes de Estocolmo
Planeta, Buenos Aires, 2004, 312 pp.
Digámoslo desde el principio: Los amantes de Estocolmo es un libro pésimo. La solapa nos presenta a Ampuero como “uno de los escritores chilenos más exitosos del momento”. De su narrativa dice que es “refrescante, revitalizadora y con un mérito cada día más atractivo: el de la entretención”: todo lo contrario. Construido a través de los típicos artilugios del best-seller (personajes estereotipados, situaciones que suenan a prefabricadas), este relato está escrito en un soso español neutro que no convence a nadie, abarrotado de latiguillos y clisés; un estilo que no se sale de la línea del modelo “escritor sudamericano radicado en Miami que apunta a todo el mercado de habla hispana”.
Roberto Ampuero
Los amantes de Estocolmo
Planeta, Buenos Aires, 2004, 312 pp.
Digámoslo desde el principio: Los amantes de Estocolmo es un libro pésimo. La solapa nos presenta a Ampuero como “uno de los escritores chilenos más exitosos del momento”. De su narrativa dice que es “refrescante, revitalizadora y con un mérito cada día más atractivo: el de la entretención”: todo lo contrario. Construido a través de los típicos artilugios del best-seller (personajes estereotipados, situaciones que suenan a prefabricadas), este relato está escrito en un soso español neutro que no convence a nadie, abarrotado de latiguillos y clisés; un estilo que no se sale de la línea del modelo “escritor sudamericano radicado en Miami que apunta a todo el mercado de habla hispana”.
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