16 de mayo de 2007

La hora de los hornos (cuando pasa eso que todos saben que un día va a pasar)

Publicación original: Clarín.com

Todo llega, toda paciencia y abnegación tienen un límite. Para muchos, ese límite llegó ayer a la tarde cuando un tren de la ex línea Roca (¿se dieron cuenta de que en la Argentina los ferrocarriles no tienen nombre sino ex nombres?) se detuvo a pocos metros de arrancar y sus pasajeros tuvieron que volver caminando por las vías –como en la película Cuenta conmigo, pero menos emotivo– y no sólo eso, sino que además, supuestamente, ese tren impedía que cualquier otro pudiera arrancar. Justo a las seis y media de la tarde, cuando la gente vuelve de trabajar. Gente que, sí, aunque muchos se sorprendan, a veces dice basta. Aunque esté acostumbrada a viajar peor que ganado, hacinada, en vagones destrozados en los que se muere de calor en verano y de frío en invierno, en formaciones que salen a cualquier hora –si salen–, con menos respeto por los horarios que la televisión. Lo que es decir mucho.