1 de septiembre de 2005

El mundo fue ¿y será? una porquería

Publicación original: Revista Lea, Buenos Aires, septiembre de 2005

James Petras y Henry Veltmeyer
Las dos caras del imperialismo. Vasallos y guerreros

Lumen México, 402 pp.

Aclaremos: el signo de exclamación que acompaña el nombre de esta revista califica el libro de Petras y Veltmeyer como “imprescindible”. Pero no es imprescindible para cualquiera: lo es para quienes deseen adentrarse en la apasionante y heterogénea y amarga situación de la geopolítica actual, desde una visión marxista que aggiorna los conceptos de “lucha de clases” e “imperialismo” (en realidad, “neoimperialismo”) y los sitúa en el marco del afán de los Estados Unidos por terminar de establecer su gobierno imperial en todo el planeta. Además, desmenuza el concepto de “globalización”, a la que califica de “timo” y describe como un disfraz del avance norteamericano sobre el resto del mundo.

Los nueve capítulos del libro están presentados como ensayos autónomos, pero cada uno encaja insustituiblemente en el total de la obra. El resultado es un volumen sólido, que presenta una cantidad enorme de datos y discute con muchas de las teorías que circulan actualmente en el campo de la política, en particular con Tony Negri y Michael Hardt y los conceptos que éstos vierten en sus obras Imperio y Multitud. La visión de Petras y Veltmeyer, como se ha dicho, es mucho más oscura, con la clara convicción de que los Estados Unidos no tienen competencia entre los países centrales (dado que las otras potencias —la Unión Europea y Japón— terminan cediendo a cambio de beneficios secundarios: las “migajas” del imperio) y de que la “lucha contra el terrorismo” es la excusa perfecta para el ataque indisimulado sobre toda posible oposición y para las intromisiones en todos los resquicios de la Tierra.

Pero los autores dejan, sin embargo, lugar para el optimismo. Si bien aclaran que no hay indicios de que el imperio esté en declive, sí sostienen que hay contradicciones internas que pueden ser despertadas por la acción de movimientos de oposición en los países que resultan víctimas de las políticas neoliberales (y se detienen particularmente en el caso argentino). Ese antiimperialismo, dicen los autores, y no el del llamado Movimiento Antiglobalización, es el que puede conducir a un mundo mejor, menos tiránico y más igualitario. Este libro fue publicado en 2004, pero significativos hechos ocurridos simultáneamente en julio pasado (atentados en Londres y cumbre del G8 con resultados magros, con los “globalifóbicos” sin saber si seguir protestando o si hacer duelo por los muertos de los subtes, más el festival “Live 8”, que sería más apropiado llamar “Light 8” con su televisión en directo y su aire de Woodstock posmo) le dan la razón y lo actualizan.

En resumen: Las dos caras del imperialismo es un libro de urgente lectura para quienes quieran entender un poco cómo funciona hoy la política mundial. Incluso quienes no estén de acuerdo con las posiciones políticas de los autores, podrán extraer elementos que resultan de un inmenso valor para hacerse una idea de dónde estamos parados, hacia dónde vamos y adónde, en todo caso, podemos aspirar a llegar.

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